Madrid, 31 dic (EFE).- 2019 se convertirá en el segundo año consecutivo con menos muertes en las carreteras, en gran parte gracias a un verano histórico que enmienda una Navidad más trágica. Cierre como cierre el año, la Dirección General de Tráfico (DGT) mira en 2020 a las ciudades para imponer cuanto antes las calles a 30 kilómetros por hora.
En vísperas de que acabara el año, los responsables de Tráfico mantenían la prudencia porque la estadística no estabz cerrada, aunque no ocultaban que 2019 arrojará "un dato bueno".
No hay más que comprobar los datos oficiales en su web. Hasta el 17 de diciembre -última fecha actualizada- habían perdido la vida en las carreteras en las 24 horas después de un siniestro 1.053 personas, 95 menos que hasta ese mismo día en 2018.
Si sumamos las víctimas mortales provisionales del operativo de Navidad, con 37 muertos hasta el día 29, y teniendo en cuenta que no están incluidas varias jornadas de diciembre, entre ellas este último día del año, la cifra de fallecidos de 2019 podría estar en torno a los 1.100 frente a los 1.188 contabilizados en 2018 en las 24 horas después del accidente.
EL VERANO, CLAVE EN EL DESCENSO
Por eso resulta clave, apuntan a Efe desde Tráfico, los buenos datos de junio, julio y agosto, con descensos muy significativos respecto a 2018 y que, a todas luces, son los que van a marcar la diferencia, pues esos tres meses dejaron 81 muertos menos que el año anterior.
Así, junio de 2019 cerró con 78 muertos (114 en 2018), julio acabó con 116 (129 el año anterior) y agosto marcó récord con 99 fallecidos frente a 131 y se consolidó como el mejor agosto de la serie histórica.
Junto al periodo veraniego, también bajaron, aunque de forma no tan acusada, los muertos en enero (73, 16 menos que en 2018); febrero (82) y abril (74), en ambos casos tres fallecidos menos que el mismo mes del año anterior y en mayo (87, ocho menos).
Y solo dos meses han registrado subidas: octubre, que se salda con 107, ocho más; y noviembre, con 91 muertos, dos más. Septiembre acabó con el mismo número (97).
Hasta el momento, y siempre con la referencia de accidentes con víctimas mortales provisionales (solo fallecidos en las 24 horas siguientes al siniestro), el mejor dato de la década lo tiene 2015, con 1.131 fallecidos, por delante de 2014, que también fue un buen año (1.132).
Atrás queda un 2010 con 1.728 muertos y con solo un mes, febrero, con menos de 100 víctimas frente al año que termina en el que dos meses han superado el centenar de fallecidos.
MENOS VELOCIDAD Y MÁS MENSAJES
Los expertos consultados por Efe se muestran comedidos a la hora de valorar la tendencia a la baja en la siniestralidad. Eso sí coinciden en destacar que la mayor presencia mediática de los asuntos de seguridad vial y el cambio del límite de velocidad en las secundarias, de 100 a 90 km/h, han podido ser factores determinantes.
"Este año se ha hablado más de tráfico, el director general Pere Navarro está manteniendo a la opinión pública informada y alertada", ha asegurado a Efe Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, que considera que 2019 "abre la puerta a la esperanza para consolidar la reducción".
Monclús ha señalado que uno de los mejores antídotos ha sido levantar el pie del acelerador en las vías convencionales. "Han disminuido las víctimas alrededor del siete por ciento en estas carreteras", ha destacado.
También Mar Cogollos, directora de la Asociación de Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) considera que la vuelta a la sensibilización ha sido determinante frente a las reformas, en el cajón del Ministerio del Interior a la espera de que se forme gobierno.
Menos optimista con los resultados de 2019 es Jorge Castellanos, jefe de seguridad vial de Race: "Los accidentes con víctimas han aumentado hasta cerca de cien mil cuando a principios de década se situaban alrededor de los noventa mil".
AGENDA 2020: EVITAR MUERTES DE PEATONES, CICLISTAS Y MOTORISTAS
Desde la DGT tienen claro que "atacar" el alza en la siniestralidad de los colectivos vulnerables es fundamental porque peatones, ciclistas y motoristas suman ya cada año casi la mitad de todas las víctimas mortales.
Una de las medidas "estrella" para hacer frente a este problema, especialmente acusado en las ciudades por los atropellos, es lo que se denomina "calmado del tráfico", que consiste en fijar en 30 kilómetros por hora el límite máximo de velocidad en las calles de un único sentido o de un carril por sentido.
En vísperas de que acabara el año, los responsables de Tráfico mantenían la prudencia porque la estadística no estabz cerrada, aunque no ocultaban que 2019 arrojará "un dato bueno".
No hay más que comprobar los datos oficiales en su web. Hasta el 17 de diciembre -última fecha actualizada- habían perdido la vida en las carreteras en las 24 horas después de un siniestro 1.053 personas, 95 menos que hasta ese mismo día en 2018.
Si sumamos las víctimas mortales provisionales del operativo de Navidad, con 37 muertos hasta el día 29, y teniendo en cuenta que no están incluidas varias jornadas de diciembre, entre ellas este último día del año, la cifra de fallecidos de 2019 podría estar en torno a los 1.100 frente a los 1.188 contabilizados en 2018 en las 24 horas después del accidente.
EL VERANO, CLAVE EN EL DESCENSO
Por eso resulta clave, apuntan a Efe desde Tráfico, los buenos datos de junio, julio y agosto, con descensos muy significativos respecto a 2018 y que, a todas luces, son los que van a marcar la diferencia, pues esos tres meses dejaron 81 muertos menos que el año anterior.
Así, junio de 2019 cerró con 78 muertos (114 en 2018), julio acabó con 116 (129 el año anterior) y agosto marcó récord con 99 fallecidos frente a 131 y se consolidó como el mejor agosto de la serie histórica.
Junto al periodo veraniego, también bajaron, aunque de forma no tan acusada, los muertos en enero (73, 16 menos que en 2018); febrero (82) y abril (74), en ambos casos tres fallecidos menos que el mismo mes del año anterior y en mayo (87, ocho menos).
Y solo dos meses han registrado subidas: octubre, que se salda con 107, ocho más; y noviembre, con 91 muertos, dos más. Septiembre acabó con el mismo número (97).
Hasta el momento, y siempre con la referencia de accidentes con víctimas mortales provisionales (solo fallecidos en las 24 horas siguientes al siniestro), el mejor dato de la década lo tiene 2015, con 1.131 fallecidos, por delante de 2014, que también fue un buen año (1.132).
Atrás queda un 2010 con 1.728 muertos y con solo un mes, febrero, con menos de 100 víctimas frente al año que termina en el que dos meses han superado el centenar de fallecidos.
MENOS VELOCIDAD Y MÁS MENSAJES
Los expertos consultados por Efe se muestran comedidos a la hora de valorar la tendencia a la baja en la siniestralidad. Eso sí coinciden en destacar que la mayor presencia mediática de los asuntos de seguridad vial y el cambio del límite de velocidad en las secundarias, de 100 a 90 km/h, han podido ser factores determinantes.
"Este año se ha hablado más de tráfico, el director general Pere Navarro está manteniendo a la opinión pública informada y alertada", ha asegurado a Efe Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, que considera que 2019 "abre la puerta a la esperanza para consolidar la reducción".
Monclús ha señalado que uno de los mejores antídotos ha sido levantar el pie del acelerador en las vías convencionales. "Han disminuido las víctimas alrededor del siete por ciento en estas carreteras", ha destacado.
También Mar Cogollos, directora de la Asociación de Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) considera que la vuelta a la sensibilización ha sido determinante frente a las reformas, en el cajón del Ministerio del Interior a la espera de que se forme gobierno.
Menos optimista con los resultados de 2019 es Jorge Castellanos, jefe de seguridad vial de Race: "Los accidentes con víctimas han aumentado hasta cerca de cien mil cuando a principios de década se situaban alrededor de los noventa mil".
AGENDA 2020: EVITAR MUERTES DE PEATONES, CICLISTAS Y MOTORISTAS
Desde la DGT tienen claro que "atacar" el alza en la siniestralidad de los colectivos vulnerables es fundamental porque peatones, ciclistas y motoristas suman ya cada año casi la mitad de todas las víctimas mortales.
Una de las medidas "estrella" para hacer frente a este problema, especialmente acusado en las ciudades por los atropellos, es lo que se denomina "calmado del tráfico", que consiste en fijar en 30 kilómetros por hora el límite máximo de velocidad en las calles de un único sentido o de un carril por sentido.
La iniciativa podría entrar en vigor en los primeros meses del año. Tanto para el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, como para el director de la DGT, Pere Navarro, es una cuestión "prioritaria" que quedó en suspenso por el bloqueo político.
Como esta reforma, también se tiene previsto un plan de motocicletas, la regulación de los patinetes y un "retoque" al carné por puntos que ahora se antoja más complicado por la necesidad de alcanzar acuerdos en el Congreso.
Desde Aesleme piden que no se olvide en seguir concienciando sobre el consumo de alcohol y drogas, mientras que Race insta a aumentar la inversión: "No es posible que haya un mismo tramo negro año tras año sin que se solucione", ha denunciado Castellanos.
Junto a estos problemas, Monclús quiere que se investiguen "de manera exhaustiva e individual" todos los accidentes y más medidas contra los infractores reincidentes.
Por Laura Camacho y Alberto Borreguero
Como esta reforma, también se tiene previsto un plan de motocicletas, la regulación de los patinetes y un "retoque" al carné por puntos que ahora se antoja más complicado por la necesidad de alcanzar acuerdos en el Congreso.
Desde Aesleme piden que no se olvide en seguir concienciando sobre el consumo de alcohol y drogas, mientras que Race insta a aumentar la inversión: "No es posible que haya un mismo tramo negro año tras año sin que se solucione", ha denunciado Castellanos.
Junto a estos problemas, Monclús quiere que se investiguen "de manera exhaustiva e individual" todos los accidentes y más medidas contra los infractores reincidentes.
Por Laura Camacho y Alberto Borreguero