El desempleo, la precariedad y la pobreza tienen rostro de mujer

CCOO

Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO

Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO
En febrero sube el empleo en 85.735 personas y cae el paro en 7.806 personas, el mayor descenso en el mes de febrero desde 2017, a pesar del contexto general de ralentización económica. No obstante, se mantienen los problemas estructurales y las profundas brechas de género que caracterizan al mercado laboral español:

Seis de cada diez personas en paro son mujeres y la protección frente al desempleo registra una elevada brecha de género: la tasa de cobertura de los hombres (72,7%) está 11 puntos por encima de la de las mujeres (61,3%).

La contratación temporal supone el 89% de los contratos firmados en febrero y la contratación indefinida el 11% restante. Es imprescindible modificar los artículos 15 y 42 del Estatuto de los Trabajadores para revertir los efectos nocivos que se mantienen por la reforma laboral del PP.

La rotación laboral del empleo temporal está en máximos. Se firman muchos contratos de corta duración que apenas crean empleo. En 2019 el 39% de los nuevos contratos tenía una duración igual o inferior a 1 mes, solo el 1,2% de la población asalariada trabaja con contratos de duración inferior a 1 mes.

La nueva subida pactada del SMI para 2020 no ha hundido nuestro mercado de trabajo como de nuevo auguraban sus detractores. El año 2019 cerró con un aumento de la afiliación a la Seguridad Social de 384.000 personas, un 2% más, compatible con la subida del SMI.

Ante esto, CCOO urge al Gobierno a derogar la reforma laboral y defiende cambios del modelo productivo y laboral para generar y consolidar empleo de calidad y con derechos, que ponga freno a la precariedad y la desigualdad. Apuesta por potenciar la negociación colectiva y la mejora sostenida de salarios y pensiones, y por una reforma fiscal progresiva que permita recuperar la inversión productiva y aumentar los niveles de protección social. El objetivo es sacar a la economía de su patrón tradicional de bajo valor añadido, aumentar la inversión pública y reorientarla hacia la mejora de la calidad y el contenido tecnológico de la producción.