El Consell de la Informació de Catalunya pide respeto a la dignidad de las personas más allá de la muerte

C84 | La dignidad humana. Base de una nueva economía



El Consell de la Informació de Catalunya (CIC) ha recibido quejas y comentarios relacionados con la difusión de rumores infundados y falsedades que distorsionan los hechos y contribuyen a crear estados de confusión y desconfianza en la opinión pública y también relativas a la vulneración del punto 9 de su código deontológico, que trata del respeto al derecho de la privacidad y la dignidad de las personas.

En un comunicado el CIC recuerda que, días atrás, la portada de un diario de gran difusión publicaba una foto en la que se veía una persona muerta sobre un colchón, en su habitación, mientras un médico y una enfermera “certifican la muerte”, según el texto que acompaña la imagen.

Los lectores han expresado su preocupación, compartida por el CIC, por la falta de sensibilidad hacia la intimidad y la dignidad de la persona fallecida. Aunque en la portada no se revela su identidad, posteriores informaciones, en el contexto de la polémica que ha desencadenado el hecho, han puesto de manifiesto un sentimiento generalizado de petición de respeto hacia el cuerpo de un ser humano,  con independencia de sus orígenes, su vida y los motivos de la muerte.

“La portada motivo de las quejas plantea varios interrogantes referidos a quién le pidió la autorización para publicar una fotografía de su cadáver y quién se otorgó la autoridad para decidir por él. Algún comentarista en las redes sociales ha precisado que un cadáver no tiene derecho a la intimidad y que jurídicamente no hay ningún problema. Quizás no haya problemas jurídicos, pero lo que sí hay en este hecho es una dimensión ética más allá de la jurídica”, afirman desde el CIC.

En esta línea, el CIC pide respetar el derecho a la privacidad en cumplimiento del criterio 9 de su Código Deontológico, que dice: “Las personas deben ser tratadas con respeto y dignidad, particularmente las más vulnerables. Hay que evitar las intromisiones innecesarias y las especulaciones gratuitas sobre sus sentimientos y circunstancias. Dañar de forma injustificada la dignidad de los individuos de palabra o con imágenes, incluso más allá de su muerte, contraviene la ética periodística”.