"Pensar en un rebrote nos da mucho temor"

Con esa angustia las enfermeras españolas celebran su día





En pleno combate contra el COVID-19 las enfermeras españolas celebran el Día Internacional de la Enfermería, fecha en la que aprovechan para pedir a las autoridades equipos de protección y estabilidad laboral.
Cada 12 de mayo desde 1974 las enfermeras del mundo celebran su día en homenaje a Florence Nightingale, considerada la creadora de la enfermería moderna.

Este año, la celebración encuentra a las sanitarias españolas en plena lucha contra la pandemia del coronavirus, una enfermedad que hasta el momento ha provocado en el país unas 26.920 muertes y 228.030 contagiados. Por esa razón, este día más que una fiesta lo ven como un momento de reflexión.


"Esta vez lo asumimos de manera distinta. Por un lado no podemos olvidar el desaliento y la sobrecarga emocional y física que en este momento estamos sufriendo. Han sido muchos días de batalla sin medios, muchos días sufriendo por lo que estamos viendo en los centros sanitarios, sufriendo por los pacientes, por nuestras familias y con miedo a contagiarnos. Por otro lado, con el orgullo de saber que estamos dando la talla, que nuestro compromiso con la población está quedando de manifiesto y está siendo reconocido por el conjunto de la sociedad", explica María José García, portavoz del Sindicato de Enfermería Satse.

Desde este sindicato reclaman al ministerio de Sanidad y a las consejerías de salud de todas las Comunidades Autónomas del país herramientas que les permitan continuar ejerciendo su labor.

"Necesitamos, de manera inminente, medios de protección adecuados. Desde el principio de la pandemia hay una carencia de Equipos de Protección Individual inaudita. No hubiésemos imaginado jamás en la vida que los profesionales íbamos a tener que improvisar equipos de protección porque quien nos lo tenía que dar, quien nos tenía que proteger, que son las distintas administraciones, no lo han hecho", denuncia García.

La falta de equipos de protección ha colocado a España como el país con más contagios entre el personal sanitario. De acuerdo a un informe del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, publicado a finales de abril, un 20% del total de los contagiados del país pertenece a este colectivo. Satse apunta que de todos estos un 60-65% es personal de enfermería. Esta situación ha provocado más bajas en sus ya reducidas plantillas y ha hecho que los que se mantienen en pie deban trabajar en condiciones extenuantes, cumpliendo dobles turnos, con pocos períodos de descanso y llevándolos a un cuadro de agotamiento físico y psicológico.


"España, desde hace mucho tiempo, va en la cola de los países de Europa con el menor número de enfermeras por habitante. Es hora de que esa situación se revierta y España tenga la plantilla de enfermeros que se necesita realmente para dar una atención de calidad a la población. Nosotras estamos cumpliendo, dándolo todo, sin mirar las carencias con tal de cuidar a los ciudadanos. Lo que le pedimos a los políticos es que no se olviden del compromiso de la enfermería, lo reconozcan y se tengan unas plantillas adecuadas”, apunta García.
A la falta de equipos y de personal se suma la inestabilidad laboral. La mayoría del personal de enfermería es contratado de forma temporal.

"La situación contractual en España siempre ha sido mala, siempre ha habido mucha precariedad. Las enfermeras estamos a pie de cama los 365 días del año, esto está clarísimo. Pero si a nosotros nos dan un contrato de un día, dos o tres, esos días terminan siendo insuficientes y provoca que exista una sobrecarga laboral tremenda, con mucho estrés entre las enfermeras y enfermeros. Luego, no tienes esa seguridad laboral que te da un contrato de larga duración que te permite dominar más la unidad donde estas prestando tu atención. Siempre hemos tenido precariedad laboral, contratos cortos, eventuales, sin estabilidad. No salen ofertas públicas de empleo para consolidar los puestos de trabajo, entonces ese es uno de los grandes problemas que estamos teniendo", expone García.

​"Lo que estamos solicitando insistentemente como sindicato a todas las administraciones es que no se rebaje el número de enfermeros que se tenía en el mes de marzo. No podemos ahora mismo rebajar el número de enfermeras porque, por un lado, somos más que conscientes de que puede haber un nuevo brote y, por otro lado, porque se deben atender a todos los pacientes que han quedado en listas de espera, en algunos casos con bastante urgencia. También hay que tener en cuenta que si la atención primaria va a tomar el relevo de una manera más importante en la lucha contra el COVID-19 tiene que tener los recursos humanos y materiales necesarios para poder hacerlo", sentencia García.

​Madrid, que ha sido foco de la pandemia en España, es una de las Comunidades Autónomas que más insiste en pasar a la fase 1 de la desescalada y relajar las medidas de confinamiento. Este 11 de mayo, la presidenta de la Comunidad de Madrid volvió a introducir la solicitud ante el ministerio de Sanidad. Esta petición, no solo provocó la renuncia de su directora de Salud, sino que ha encendido las alarmas en más de uno.

"Son los expertos los que deciden en qué fase se debe estar, pero sí que puedo asegurar que las enfermeras tenemos miedo a un rebrote porque el sistema sanitario, aunque ya están bajando las cifras de ingresados e internos en las UCI, tiene ahora mismo un estrés tremendo, sus profesionales lo están sufriendo. El hecho de pensar en enfrentarnos de nuevo a un brote nos da mucho temor, como nos enfrentemos a un nuevo brote, con el agotamiento del sistema sanitario, con la carencia de medios, puede ser bastante preocupante", alerta García.