Indignación después de que un brote de COVID-19 viajara con un equipo de fútbol

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Fútbol y COVID-19, un cóctel envenenado que provoca el caos en la segunda división española y que enfurece a ciudadanos y políticos.

A Coruña, en Galicia, mira con indignación hacia los muros del hotel de cinco estrellas en el que están confinados todos los jugadores del CF Fuenlabrada después de que cinco de ellos y un miembro de la expedición que no era del club dieran positivo tras su llegada a la ciudad para disputar el último partido de la competición.

Según la prensa española, el club sospechaba que había casos positivos entre sus jugadores antes de emprender el viaje. La alcaldesa de A Coruña Inés Rey considera que pusieron en riesgo la salud de los coruñeses:

"¿Qué diferencia hay entre un futbolista y cualquier ciudadano español, y cualquier trabajador? ¿Acaso los futbolistas no contagian? ¿Están ellos por encima de la normativa sanitaria? ¿Está la Liga por encima de la normativa sanitaria?", se preguntaba en una rueda de prensa.

La Todopoderosa Liga no ha tardado en responder. Todo se hizo siguiendo las normativas y los protocolos sanitarios:

"Se han mantenido siempre los protocolos y los criterios marcados por el Consejo Superior de Deportes y la Liga, pero no solo eso, también los protocolos marcados por la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España", afirmaba Javier Tebas.

El partido se suspendió y el Dépor, el equipo de A Coruña descendió de división, ya que no dependía de sí mismo. Sin embargo, al final pueden ser los tribunales los que decidan cómo acaba la segunda división, ya que el Club considera que en una jornada decisiva con muchos intereses en juego se deberían haber suspendido todos los encuentros, que suelen transcurrir al mismo tiempo.

La Liga, por su parte, ha amenazado con sancionar al Dépor si no se presenta a jugar el partido suspendido el próximo 30 de julio si el número de casos se estabiliza.