Más de un millón de empleos destruidos en España, con 55.000 parados más, hasta alcanzar una tasa de paro del 15,33% de la población activa.
Los últimos datos estadísticos, correspondientes al segundo trimestre, confirman las consecuencias sobre el sector turístico español (con 817.000 empleos perdidos) del parón de la actividad económica por el coronavirus.
Además, la inquietud generada en Europa por los nuevos brotes, limita cualquier atisbo de recuperación pese al esfuerzo del Gobierno de España.
"De esta mesa, de este consejo de ministro, queremos lanzar un mensaje claro de confianza en nuestro país. Somos un destino incomparable, no solo en lo cultural, sino también en lo patrimonial, en lo gastronómico. Y, además, un destino seguro que se ha preparado y se ha reforzado para hacer frente al virus y sus rebrotes", ha insistido la ministra portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero.
España ha notificado este martes un total de 905 nuevos contagios en las últimas 24 horas con un total de 360 brotes activos repartidos por todo el país. No obstante, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha negado la existencia de una segunda ola generalizada de coronavirus.
Tras Francia, Alemania se une a los países europeos que desaconsejan viajar a algunas regiones españolas (Cataluña, Aragón y Navarra).
Y el Reino Unido defiende la cuarentena impuesta.
"Estas son decisiones para las familias, para las personas sobre a dónde quieren ir y lo que tenemos que hacer es tomar medidas rápidas y decisivas donde creemos que los riesgos están comenzando otra vez. Y seamos absolutamente claros sobre lo que sucede en Europa, entre algunos de nuestros amigos europeos, me temo que empezamos a ver en algunos lugares señales de una segunda ola de la pandemia ", ha dicho el primer ministro británico, Boris Johnson.
En España, las restricciones se endurecen.
Madrid obliga al uso de la mascarilla y anuncia una cartilla sanitaria individual para el coronavirus.
Galicia exigirá el registro de los viajeros procedentes de Cataluña, una región que tras cerrar el ocio nocturo, impondrá sanciones por los botellones en la calle.
Los últimos datos estadísticos, correspondientes al segundo trimestre, confirman las consecuencias sobre el sector turístico español (con 817.000 empleos perdidos) del parón de la actividad económica por el coronavirus.
Además, la inquietud generada en Europa por los nuevos brotes, limita cualquier atisbo de recuperación pese al esfuerzo del Gobierno de España.
"De esta mesa, de este consejo de ministro, queremos lanzar un mensaje claro de confianza en nuestro país. Somos un destino incomparable, no solo en lo cultural, sino también en lo patrimonial, en lo gastronómico. Y, además, un destino seguro que se ha preparado y se ha reforzado para hacer frente al virus y sus rebrotes", ha insistido la ministra portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero.
España ha notificado este martes un total de 905 nuevos contagios en las últimas 24 horas con un total de 360 brotes activos repartidos por todo el país. No obstante, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha negado la existencia de una segunda ola generalizada de coronavirus.
Tras Francia, Alemania se une a los países europeos que desaconsejan viajar a algunas regiones españolas (Cataluña, Aragón y Navarra).
Y el Reino Unido defiende la cuarentena impuesta.
"Estas son decisiones para las familias, para las personas sobre a dónde quieren ir y lo que tenemos que hacer es tomar medidas rápidas y decisivas donde creemos que los riesgos están comenzando otra vez. Y seamos absolutamente claros sobre lo que sucede en Europa, entre algunos de nuestros amigos europeos, me temo que empezamos a ver en algunos lugares señales de una segunda ola de la pandemia ", ha dicho el primer ministro británico, Boris Johnson.
En España, las restricciones se endurecen.
Madrid obliga al uso de la mascarilla y anuncia una cartilla sanitaria individual para el coronavirus.
Galicia exigirá el registro de los viajeros procedentes de Cataluña, una región que tras cerrar el ocio nocturo, impondrá sanciones por los botellones en la calle.