El rey emérito Juan Carlos comunica a su hijo que abandonará España



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El rey emérito de España, Juan Carlos I, comunicó a su hijo el rey Felipe VI su "decisión" de trasladarse a vivir fuera de España ante la repercusión pública de lo que llama "ciertos acontecimientos pasados" de su vida privada.

Un comunicado con membrete de la Casa Real fechado este lunes reproduce la carta de Juan Carlos de Borbón a su hijo el rey Felipe VI en donde justifica su salida del país.

El rey emérito argumenta que lo hace para contribuir a facilitar el ejercicio de sus funciones al actual rey de España.

Juan Carlos de Borbón añade que toma la decisión con profundo sentimiento pero con gran serenidad.

"He sido rey de España durante casi cuarenta años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona", asegura Juan Carlos de Borbón.

En el mismo comunicado la casa real añade que Felipe VI "desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre".

El exilio de Juan Carlos de Borbón se produce tras una serie de informaciones en cadena en las que finalmente se han divulgado parte de los negocios de cobro de comisiones a otros estados con la intermediación de Corinna Larsen.

La justicia suiza investiga la procedencia de los fondos que Juan Carlos de Borbón tendría en paraísos fiscales.

La sucesión de polémicas que hicieron caer al rey

Juan Carlos I, rey de España entre 1975 y 2014, disfrutó de una imagen impecable durante muchos años como una parte muy importante de la transición y consolidación democráticas de España tras la dictadura de Francisco Franco y como hombre cercano.

Homenajeado en numerosos países como figura política clave y símbolo para la democratización en países de América Latina, ese aura sufrió un imparable deterioro en los últimos años, agravada en los últimos meses.

Y es que el constante goteo de noticias de los últimos meses acabó socavando el prestigio del exmonarca de 82 años mientras en España se debate sobre el futuro de la inviolabilidad jurídica del rey, consagrada en la Constitución.

La imagen de Juan Carlos I inició el declive con la fractura de cadera sufrida durante una cacería de elefantes en Botsuana en 2012, cuando España sufría una gravísima crisis económica de fuertes repercusiones sociales.

Con esa cacería y las fotos del rey empuñando un rifle ante un elefante abatido, comenzaron a difundirse detalles de su amistad íntima con Corinna Larsen, exesposa de aristócrata alemán, una relación sobre la que periódicamente se divulgan detalles comprometedores.

Otro golpe muy duro para Juan Carlos I y para la monarquía fue el caso de corrupción que protagonizó Iñaki Urdangarín, yerno del exmonarca y cuñado del actual rey, y que acabó con aquel entrando en la cárcel en 2018 por una condena de casi seis años de prisión.

Su esposa, Cristina de Borbón, hija y hermana de los monarcas, fue también juzgada pero finalmente quedó absuelta.

La puntilla llegó este año, con la sucesión de informaciones de prensa sobre las supuestas finanzas del rey emérito, que abdicó en junio de 2014, y que han terminado de descomponer su imagen.

Una fiscalía de Ginebra (Suiza) y la Fiscalía del Tribunal Supremo español investigan operaciones en el país helvético de una fundación vinculada a Juan Carlos que supuestamente mantuvo allí una cuenta en la que habría recibido una donación del entonces rey de Arabia Saudí de unos 100 millones de dólares, de los que habría transferido a Larsen unos 65 millones de euros.

La pasada semana, un juez de la Audiencia Nacional citó a Larsen a declarar el 8 de septiembre próximo por unas grabaciones en las que ella hablaba de las cuentas del rey emérito en Suiza.

Tras las primeras informaciones sobre esos supuestos manejos financieros del rey emérito, la Casa Real anunció en marzo que Felipe VI renunciaba a la herencia que pudiera recibir de su padre y que le retiraba la asignación económica.

Todo esto lanzó el debate sobre la inviolabilidad jurídica del rey, consagrada en la Constitución española.

El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, pidió "reflexionar" sobre ese principio y "ver qué solución se le da", según dijo en una entrevista hace pocas semanas. "La Constitución tiene que evolucionar conforme a las exigencias de ejemplaridad y conducta política de las sociedades", añadió Sánchez.