Las mujeres trabajadoras suponen el 70% del incremento del paro registrado en agosto



Una trabajadora de la hostelería en Madrid

Una trabajadora de la hostelería en Madrid
Los datos del paro registrado divulgados este miércoles por el Ministerio de Trabajo y Economía Social revelan un panorama desalentador para las mujeres trabajadoras. Si bien es cierto, tal y como señala el Informe del Gabinete Económico Confederal de CCOO, que este mes registró el primer aumento neto de empleo en un mes de agosto (6.822 más que en julio) y el menor aumento del paro en un mes de agosto desde 2016 (29.780 más que en julio), es preocupante, desde una perspectiva de género, que 7 de cada diez nuevas personas en paro sean mujeres. El paro sube entre las mujeres trabajadoras en 20.327, una cifra que equivaldría a 655 nuevas paradas cada día del mes, mientras que el total masculino aumenta en 9.453.El total de desempleadas inscritas asciende hasta un total de 2.197.913, y supone casi 400.000 paradas más que hace un año.

La secretaria confederal de Mujeres e Igualdad, Elena Blasco Martín, ha mostrado su preocupación por estos datos: “Desde CCOO venimos advirtiendo desde el inicio de la crisis que hay que aplicar una mirada de género a los datos y a las políticas laborales: buena parte del aumento del paro tiene que ver con los sectores más afectados, como la hostelería o el turismo, que están muy feminizados. A esto se suma que somos nosotras, las trabajadoras, quienes sufrimos mayor temporalidad y parcialidad y estamos en las posiciones más vulnerables. Hay que prorrogar los ERTEs, que han evitado daños mayores. Pero la realidad de los preocupantes datos de desempleo femenino se debe también a la desigualdad en el acceso al empleo, a la gran bolsa de desempleadas de larga duración y a las barreras que apartan del empleo a las mujeres, como los déficits en conciliación corresponsable. Por eso es preciso articular políticas que protejan el empleo de calidad y, muy especialmente, el empleo femenino y poner en marcha recursos públicos y medidas que favorezcan la corresponsabilidad y la conciliación. No podemos permitirnos como sociedad que esta crisis, primero sanitaria y luego económica, se convierta ahora también en una crisis de igualdad que profundice las brechas que ya veníamos padeciendo”.

Tas el incremento de este mes, las mujeres suponen el 58% de las personas inscritas en el SEPE, 6 de cada diez. Unas cifras que hubieran sido aún peores de no haberse acordado, fruto del Diálogo Social, la herramienta de los ERTE, que ha demostrado un impacto de género positivo.

En cifras totales, hay 593.012 inscritas como desempleadas más que desempleados, y esto sucede a pesar de la brecha en actividad: hay 1.625.800 mujeres activas menos que hombres, una brecha que se ha ampliado en casi 200.000 en el 2º trimestre de la EPA de este año respecto al trimestre anterior.

El paro femenino solo se redujo durante el mes de julio desde el inicio de la pandemia y sigue manteniendo un saldo negativo para el empleo. Es más, a medida que transcurren los meses post-COVID crece el diferencial entre el número de desempleadas y el número de hombres en la misma situación: en junio eran 568.953 mujeres más que hombres, dos meses después, son casi 25 mil más.

“Alertamos de que se están cumpliendo nuestros pronósticos, pero estamos a tiempo. Esperamos que ahora se atienda a nuestras soluciones: hay que invertir de manera decidida en políticas que combatan la cronificación del paro femenino y su precarización, que eviten la salida de las mujeres del mercado laboral y que, en plena crisis de cuidados, promuevan una sociedad corresponsable y más igualitaria donde el Estado facilite la conciliación mediante servicios públicos profesionalizados y de calidad. Hay que atajar el paro femenino hoy para evitar el empobrecimiento, aún mayor, de las mujeres mañana. En pleno siglo XXI, con pandemia o sin ella, no podemos retroceder en igualdad. Es una cuestión de dignidad y de justicia”, resume Elena Blasco Martín.